Materia Prima 

El compositor utiliza el sonido como materia prima, la naturaleza de las leyes físicas del mismo fundamenta las normas formales de la música, y sus posibilidades expresivas y estéticas.
El sonido no se ve ni ocupa espacio; el sonido ocupa tiempo. Pero como los otros materiales, el sonido se puede transformar, mezclar, ordenar y estructurar hasta conseguir componer una obra de arte musical.
Es por eso que la teoría de este arte debe comenzar por el estudio del hecho sonoro y de las diversas formas de su producción.
Llamamos sonido a la sensación que se experimenta cuando llegan al sistema auditivo las ondas producidas por determinados movimientos vibratorios.
Algún agente hace que un objeto se halle en estado de vibración; dicho objeto comunica sus vibraciones al aire, las vibraciones chocan con el tímpano de una persona o de un animal y provocan allí una perturbación nerviosa que llamamos sonido.
Hay sonido solamente cuando hay un oído.
Considerando de este modo, el sonido es un producto del cerebro, esto marcará diferencias de “percepción” del sonido en sus diversas cualidades, ya que no todos tenemos la misma capacidad de percepción. En pocas palabras el sonido tiene un gran componente subjetivo.
Nuestro oído es un sentido que está funcionando continuamente: nunca deja de percibir los sonidos que nos rodean.
Para que el sonido se produzca debemos tener en cuenta tres factores:

Parámetros del sonido

Cada sonido está acompañado por una cierta cantidad de características que lo distinguen. Estas se dan simultáneamente, y se denominan cualidades o parámetros. Ellas son: altura, intensidad, timbre, duración y velocidad.
Las cualidades físicas del sonido, una vez trabajadas por los compositores, dan lugar a los elementos de la música.
 

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