Edad Media 2

Música Profana en La Edad Media.

A partir del año 1000 comienza a separarse el arte litúrgico del profano.
En los siglos XII y XIII las lenguas llamadas romances, o sea las derivadas del latín, comienzan a difundirse por medio de la tarea desarrollada por poetas y escritores.
Los músicos cultivaban el arte de trovar o sea inventar o improvisar, que dará origen al llamado “arte trovadoresco”. Este movimiento se inicia en Francia y se distinguen dos regiones:
 

 

 
La melodía trovadoresca era simple y sencilla. Las primeras manifestaciones de esta música secular, son canciones latinas, como las de los goliardos, eruditos errantes. Lamentablemente casi no escribían indicación musical alguna, por lo cual sólo se conservan sus versos.Otros antecedentes se pueden encontrara en los Bardos, nobles de Escocia e Inglaterra.
La poesía trovadoresca refleja los ideales cortesanos de la cultura medieval y transmite algunos principios que regían en la sociedad feudal: servir a dios, al rey y a las damas.


Aquellos que se dedicaban a la música como entretenimiento se llamaban juglares. Fueron músicos ambulantes que no sólo cantaban y ejecutaban instrumentos, sino que también realizaban actos de malabarismo y presentaban animales amaestrados, constituyendo el primer antecedente del circo. Su función social era, además de entretener, también informar a un pueblo, lo que ocurría en otro. Además difundían el arte de trovadores y troveros, llevándolo de la corte a las capas sociales más bajas.
Durante el siglo XIV el juglar adquiere el rango de músico profesional y se denomina ministril.
Todos estos músicos se acompañaban con el laúd, lo que dará origen a un enorme desarrollo de las composiciones para ese instrumento.
Había formas musicales vocales: chanson, aube, pastorelle, rondó, balada.
Y formas musicales instrumentales como la estampida, gallarda, caballería.
La difusión europea de su arte, produjo el nacimiento de los minnelieder alemanes, (canciones de amor), de los Laude Spintuali italianas (himnos de alabanza de penitentes errantes) y de las Cantigas de Santa María españolas (canciones en homenaje a la virgen compiladas por Alfonso X “El Sabio”).
Se conservan actualmente 2600 poemas y más de 260 melodías del arte trovadoresco, así como también 2130 poemas y 1420 melodías de troveros.
La escritura musical solo consigna las alturas, y en contadísimos casos, imprecisos signos para las duraciones. Las variables del lenguaje musical, quedan planteados como problemas a resolver por intérpretes especializados.
Los estudiosos se guían por testimonios literarios, y por imágenes de las pinturas de la época, para deducir por ejemplo, las instrumentaciones usuales. Se conoce de este modo, que eran instrumentos habituales las arpas, vielas (antecedentes de las violas), salterios (citaras pulsadas o percutidas), laúdes, flautas transversales y dulces, chirimías (antecedentes de los oboes), gaitas, órganos portátiles, campanas y tambores.
También es sabido que la instrumentación era empírica y de tendencia heterogénea. Se utilizaban los instrumentos disponibles, y se preferían los conjuntos de timbres contrastantes.
Se conoce que los ministriles llamaban la atención del público, interpretando un preludio instrumental antes de que el trovador comenzara sus canciones. Entre ellas insertaba interludios y para terminar realizaba un breve postludio.
La otra música instrumental de la época, acompañaba a la danza. Los ejemplos más antiguos conservados pertenecen a los siglos XIII y XIV. Se trata de las estampidas que primero fueron danzas monofónicas y más tarde polifónicas. Se organizaban en varias secciones, cada una de ellas repetida. La repetición de cada sección se diferenciaba de su original solo por la cadencia final. Estas danzas, seguramente no las únicas, ni las primeras, fueron comunes en Francia, Italia e Inglaterra.
Para concluir esta breve reseña histórica se mencionarán algunos nombres:

  • Trovadores: Bernard de Ventadorr, Guiraut de Bornelh, Peire Vidal, Bertrand de Born, Folquet de Marsella, Jaufré Rudel, Arnaut Daniel, Marcabru.
  • Troveros: Blondel de Nesle, Conon de Béthune, Guy de Coucy, Thibaut IV (rey de Navarra), Adam de la Halle, Colin Muset.
  • Minnesinger: Walther Von Vogelweide, Neidhart von Reuenthal, Wolfram von Eschenbach, Heinrich von Meissen.

Fuente consultada: Apreciación Musical de Aguilar – Glocer y Percossi

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